sábado, 6 de agosto de 2011

A LAS CANCIONES DEL INSTINTO

A LAS CANCIONES DEL INSTINTO

Homenaje a una amiga admirada y a una de mis grandes amadas

I

Me embriago con el pensamiento puro de la piel

Con el cincelero recuerdo del tañido del bronce

Y con los colores del oleo que patina a los sentimientos

Se agita el reloj que se devora a nuestro tiempo

Muta el color del hambre de nuestra poesía

cual fragmentos de recuerdos de nuestros cuerpos

Exhumo cadáveres envejecidos

y silencios finales de agonías

Son huellas de hielo que se derriten

con el regusto del sabor de tu sexo

II

Dancemos con el fuego de la noche

¡Jamás fui sucio carroñero de vaginas!

Te arponee cual pupilas de tormentas

y la resolana emplumada de sus espumas

Deseo envejecer contemplando crepúsculos

Ser despierto como los náufragos por pájaros

Los versos son pavos reales que se pavonean

rebuscando a una aprendiz del juego sucio

Siembro semillas de recuerdos, antes que salga el sol

El canto de las garzas urde un concierto emigrante

Imagino a los hombres que se marchitan en la selva

Soñadores desnudos que corean versos para evitar la ruina

III

Mis raíces sonde sal, verdes y con aroma a hato

Llevo nuestra historia grabada sobre las palmas de las manos

Mi destino fue un jardín menguado por las siete plagas

Le auguro a mis genitales corolas con buen vino

Prescriben mis ilusiones mutadas en cenizas

El parpadeo de las llamas se devora mis sueños

Intento conservar el equilibrio entre la vida y la muerte

Rebusco los colores de la vida ¡en la ceguera del absurdo!

Mis versos son el canto del pasar de los suspiros

¡Es conciliar el descanso sobre un pedregal de espinas!

Mis fuerzas se marean con el vaivén de los instintos

¡Me encandila la voz del fuego de este verano!

IV

No derrochemos la ansiedad del trigo de nuestras heridas

Busco el nido en tu espesura como una luciérnaga kamikaze

Es la avidez que despierta la carnada en el pecho del pez

Me siento derrotado por los gritos de las necias espinas

Sé que ahora tienen que ser lentas las sombras de los pasos

Para no envejecer mimetizado cual camaleón en el silencio gris

No me imagino llorando como los cadáveres de los guerreros

que se deslizan en la bruma empuñando con muñones sus espadas

Batallo contra las nostalgias y los fuegos de las agonías

contra el temblor que hastía, lacera y me desolla

Contemplo como un niño los manjares del paraíso perdido.

V

La tristeza me seduce a bailar un vals

Me siento menguado a pedazos por la vida

Intente conciliar con dios una tregua imposible

¡Lato como una piedra insomne del fuego!

Mi cuerpo siente sed como la tierra

Deseo mutar en mar después de ser: rio y nube

La canción más hermosa del fuego son mis hijos

Testigos de mis marchas y de los silenciosos secretos

Soy más un resucitado que un hombre muerto

Brizna de la dignidad y de los valores

Pregono cortar las raíces de nuestra absurda guerra

Aligerar el paso de las marchas cual banderas blancas

VI

Te conozco y reconozco que eres ¡mujer única!

Ceniza de los recuerdos lujuriosos del ímpetu ardoroso

Hoguera encabritada por la prematura aurora

Tu grupa inventó agonías y tormentosas mareas

Me hundo en la bruma de un desierto absurdo

Fatigado como el humo de las batallas libertarias

El enemigo murte no escapará de las palabras justicieras

así escondan la vergüenza cual engendros de lupanares

Brillas como la efusiva pasión de los gritos de las espadas

Tu cuerpo es un viñedo de tonadillas y candilejas enamoradas

Eres un perpetuo poema provocador de tonadas sensacionales

Desatas fugitivos versos con brillo ¡azul ocaso!

Brotan mariposas del imaginario de tu instinto

como un brindis de besos y de indomables pieles

VII

La agonía de los cristales de mi cuerpo

Carcomidos por el orín de las vainas

y por el rojo que brota de los sueños

de las arenas paganas y del llanto de los vientos

Le suplico a tu vida que no me abandone

Agonizo derrotado y devorado por el desplacer

El instinto vacio se disfraza de sorpresas

como el perfume ausente en el canto de los senos

La ausencia es la sombra frenética de tu carne

Agonía que se hunde cual placer pagano en el olvido

Lapida sin piedad al fuego de nuestros deseos

¿Hasta cuándo podré conservar puros mis pensamientos?

VIII

Le apuesto mi alma y mi cuerpo al diablo

No le mendigaré tiempo a las arenas de mi clepsidra

Así como no se detiene cuando se agotan las baterías

El destino es un derroche de momentos

Como las melodías seductoras de un saxo

Pregúntale al collar que me pusiste ¿Qué siento?

No deseo ser un relámpago fugaz por tu vida

Llama a la impavidez de mi lenta agonía

Verde como el verde de las hojas y la grama biche

Verde como los montes y el viento de tu cariño

Regálame el sabor de tus besos y de tus praderas

Déjame descifrar por un instante: el amargo de tu respiración

Cabalguemos desnudos al necio lomo del fuego

IX

No me pidas que te devore más que una hoguera

Nunca creí en las miradas enamoradas de tu instinto

Amargas como las agonías de los romances no visionarios

Así nos bronceemos con protectores la osamenta

¿Será qué un moribundo, le inspira perdón a dios?

Me intimida el veneno de las miradas de las agonías

Le suplico bienaventuranzas al perdón de tus besos

Le propongo una tregua a los silencios de tus heridas

Quiero ser el carmín del rojo de tu sangre

El espejo del futuro fucsia de tu vientre

El veneno de una campana de oro que replica

Embelleciendo con colores los pechos del verano

X

No me desveles con el insomnio ácido del desprecio

A veces me desesperas más que el zumbido de un zancudo

o el atroz aliento de la nauseabunda nicotina

¡Me hechizan las siluetas marihuanas de tu cuerpo caliente!

Alucino con la música de los sentimientos vivos y de los muertos

Los que reviven historias de rayuelas y bocetos eróticos

Teñiste con azabache los cabellos dulces de mi vida

Eres la cruz del emprendimiento y la sombra del Edén

Me confundes con el ardor del sol que espanta a las ratas

No podrán escapar los murtes del ojo de águila de las palabras

Los lapidará la vergüenza y se reproducirán maldecidos

La poesía es la metáfora de la luz, del fuego y del látigo.

XI

Es multicolor el tornasol de los vientos del instinto

Me fascina jugar a la guerra y responderles a los hijos de puta

No le permitiré desasosegarme a la guadaña de los sueños

Me encanta el sabor de la pitaya, del ron y de tu boca

Incineremos al memorial de agravios de los malos recuerdos

Gocemos del milagro de la luz y de la nobleza de nuestros hijos

Conciliemos el placer de las fabulas que jamás enmohecieron

Fui el cilicio que calcinó con eclipses tus deseos de preñeces

Las palabras de las hieles son dolorosas cual sal sobre laceraciones

Es inhumano el odio de tus miradas y de tus deseos oscuros

Las necedades de tus hostilidades, enloquecieron mi paciencia

Vomité y la mirada se ensangrentó como un alma herida

Las entrañas de tu cuerpo lucen como un vagón con desechos

Se secó la demencia de tus piernas y de tu cuerpo jinetero

Declaro culpable a la arrogancia de tus necios celos

A la soberbia de una sangre con poca memoria y estirpe

Me confunde el estupor del humo y los símbolos de los sueños

Sé que no se debe perder a perpetuidad el tiempo ni las ocasiones

El amor es la estrella fugitiva que simboliza a nuestro futuro

Es frágil el aliento de la creación cuando envejecen las ideas

Pienso como un prófugo de las guerras del corazón

Esta noche podría escribir versos para la música de los sinfines

Adoro las caracolas cósmicas de las pasiones que ululan

Como las siemprevivas y los alacranes impúdicos y lascivos

XII

Mi envejecido corazón se cansó aguardando el gran milagro

Reflexiono como un lobo sediento con tus angelicales palabras

La demente noche se acerca, evadiendo mis ojos

Enluné con los versos que me hicieron sentir semidiós

No te comportes en esta insomne noche como una virgen necia

Desgárrame con las caricias de tus labios y de tus dientes

Embriaga a mi agonía con el vino que avalancha a tu rosa

Escucha al deshielo de la manzana cuando se muerde

Me insola el silencio del canto de las ausencias

Me siento como el harapo de un juguete maltrecho

Pateado como una piedra para alejarme del ritual amoroso

No sé si la solución sea tu regreso o el retenerte en el olvido

Tengo demasiados verbos y tiemblo con la poética del instinto

Soy apasionado como el calor del sol ensoñado por las florestas

Siento como el pan a la herejía de tu cuerpo ¡Pavesa de pecados!

Engullo ostias, ignorando la filigrana de las presas por la lujuria

Busco con el licor la luz secreta de las respuestas

Me he despojado de las ropas para vencer tabúes y miedos

Le he posado a la mirada voyerista angustiada y estéril

De la amada que le rinde culto a los recuerdos con su marido

Manifiesto que vivo esclavo de las milagrosas pequeñas muertes

Jamás pude escapar de las tentaciones como los virtuosos

Soy un mortal sobreviviente de los que aun se sonrojan

Disgrego de las mujeres egoístas que no comparten sus cuerpos

XIII

Nuestro milagro mutó como la oruga en mariposa

Como las lágrimas muertas que fecundan a los sauces

¿Por qué tiene que ser furioso, el sabor de la nostalgia?

Disectaré al cadáver de nuestro amor, buscando respuestas

Jamás pude comprender a los versos de tu canto

Te anclaste en intransigencias ¡no negociables!

Tus celos levantaron desmesuradas murallas

Así me amaras con ritos de instintos animales

Nunca pude bailar contigo, sin escuchar tus reproches

Hay relaciones excéntricas y absurdas como la nuestra

Quiero bailar jugueteando como el viento con las estrellas

Estoy enceguecido y te puedo dibujar desnuda de memoria

Mi imaginario escucha a tus desesperados aullidos

Ahora que no estás junto a mí, te extraño y anhelo

Ya no renacerá en tu vientre: el escarlata de las esperanzas

Ni el color que le robo a mi vida: ¡la ramera murte!

Laten los sonidos de las ausencias como aullidos o bramidos

Las sombras de los deseos me acompañan en el holocausto

Edén del tapiz del fuego hereje de la media luna

Y del canto insomne de la sombra-recuerdo que me acompaña

Héctor “Animal de vuelo” Cediel 2010-04-07 hcediel2@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario