sábado, 6 de agosto de 2011

A los golpes de la vida Homenaje a César Abraham Vallejo Mendoza

A los golpes de la vida

Homenaje a

César Abraham Vallejo Mendoza

y a la autora de DANZA DE LA NOCHE

Gloria Dávila Espinoza

Me pesa el dolor del alma

Cual plomada de remordimientos

Me duele el alma lacerada

Por el filo del desprecio amoroso

Lamo con sed la sangre de tu cuerpo

La miel de las cenizas de tus recuerdos

La sal le cose los labios a mi orgullo

El silencio se devora mis entrañas

La vida se ensañó con mi osamenta

Como si yo fuese un madero de caspis

Sólo conozco respuestas negativas

Y el lenguaje pobre de los mendigos

Necesito paladas de migajas

Para distraer mí profunda hambruna

Soy un viajero fustigado

Por el fuego que lacera mis espaldas

Dicen que soy un misántropo obsesivo

Estoy agonizando como los naufragios

Empalagado de hartazgo de nada

A pesar de ser: humanista y cariñoso

No siento fastidio por los desechos:

Murtes, humanos ni sociales

A veces compartimos la banca del parque

Estoy cansado de sentirme ausente

Recojo los gritos y las osamentas

De las horas, del frío y de las huellas

Soy el habitante desnudo de la noche

Al que le arrancan los ojos

Las vitrinas de los restaurantes

Aspiro profundo frente a panaderías

Para llenarme un poco con el aroma

No sé si a mis versos les alcance el tiempo

Para arañar con sus muñones al éxito

No soporto el peso de las máscaras

Ni los laberintos absurdos de los disfraces

Sé que soy una maldita sombra que espanta

Dicen algunos creyentes que huelo a azufre

Que sobrevivo gracias a un pacto con el diablo

Conoces la dignidad de mi orgullo

No comentes la raíz de mis males

Repudie la fortuna y la vida fácil

Eligiendo el sendero del cáliz amoroso

Soy un barco descodificado por la vida

Condenado al spa del deshuesadero

La vida me despojó de la belleza de los sueños

Y la primavera de mi piel al asaltarme

Escucho los clarines llamando a la retirada

Cruzaré como un vencedor bajo el Arco

En el que el ser y el no ser, se confunden

El viento se encargará de esparcir

Como un molino de suspiros a los versos

Me siento arponeado en el alma

Por la sombra de los pecados de mis errores

No imagino que cenarán los gusanos

Cuando extiendan como un mantel la mortaja

La ironía se encargará de publicar mis versos

Y el remordimiento se los devorará

Pagándolos a muy buen precio

Muero de aislamiento e indiferencia

Frágil, nervioso, solitario pero con gran talento

Mi hambruna es fractal como la de los infortunados

Es imposible hacer caldo con algunas monedas

O sacarles buen sabor, lamiéndolas

Ya la poesía intento arrancarle los grilletes

A mi desventurada o desdichada miseria

Recuerdo la época en que te enamoré

Leyendo versos que se escuchaban como floretes

Veía pequeño el mundo para mis sueños

¡Jamás imaginé sus playas ni sus embestidas apocalípticas!

Me cansé de ser un remero de fracasos

Puse a navegar mis versos como barcos de roble

La vida es un mar de tormentas y de mierda

Soy un gamberro que saltó: de América, al viejo continente.

Soy un perdido alcoholizado por la droga amorosa

El mariguano que se hizo retratar en Montparnasse

Bebí al lado de Morrison, la Piaf, Wilde y otros fantasmas.

¿Para qué me sirve el escribir versos,

Si por ellos no me ofrecen ni un mercado a cambio?

Ya me arrancaron el oro de las muelas

Y el café no será suficiente para enfrentar el invierno.

No hablemos de dolor, ni de miseria como la prensa

¡Sonrío! ¡Finjo que estoy lleno! cuando recorro el gran bulevar

¡Déjenme, soñar! ¡Imposible que Champ Elyses, me devore!

¿Será que las calles olfatean cual cuervos, a los moribundos?

Me he acostumbrado al crujir de los versos

Gruñen cual agónicos náufragos o leprosos

¡Me arrastra el pérfido viento, hacia el infierno!

¡Mastico viento y hago sopa con pasto y piedras!

Contemplo cual mirada de calavera, la batalla perdida.

No deseo ilusionar a ningún útero

Premiándolo con semillas muertas

Soy espuma, pompa de jabón, humo mariguano

Estoy cansado de sentarme en el Sena, con la tristeza.

París me ha abierto las venas

Como las multinacionales a mi América

Con mis versos, he hecho pájaros en origami

Para que emigren mis sueños, lejos del fuego.

Un habitante de la noche, me preguntó: ¿quién eres?

_César Vallejo y ¿usted?

_Fernando Pessoa, el caminante la noche

¿Necesita a un cancerbero farolero?

Ignoro al aullido de las piedras

Cuando laten como el corazón de los hombres

Estoy encadenado a las metáforas

Y a las fauces despiadadas de las tempestades

No soporto que la morbosa vida contemple

Con la mirada cíclope de una víbora

A los perros callejeros lamiendo mis llagas

Mis vísceras no soportan más

Al dolor de la indiferencia

Estoy cansado de vivir apagado

Como estrellas de un quásar muerto.

Me duele que nadie se despida de mí

Que sea pan para los cuervos como el hollín

Me siento guillotinado como los anacoretas

Suspiro como el tañido nauseabundo de la Fe.

Regreso a la esencia repugnante del barro

Es espantoso sentirse como el plato fuerte

Del ágape del réquiem del trigo y de la piel

Me imagino cantándole como una guitarra

Al sábalo shusupe que se desliza por el Turmanya

Cual caricia liana aferrada a los sexos de las lupanas.

Héctor “Animal de Vuelo” Cediel hcediel2@hotmail.com 2010-05-18

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